Milenio
Ignacio Salazar
Maestro y gurú de pintores. Guía académico y espiritual. Dirige un taller de pintura dentro de la Escuela Nacional de Artes Plásticas ENAP que es mítico por la exigencia de la enseñanza y por los pintores bien preparados y formados que egresan. Es un privilegio ver el orden y la paz con la que producen sus alumnos, el estado de creación concentrada que inunda la atmósfera.
Inicia su carrera artística en 1976 con su primera exposición individual en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México. A partir de entonces ha presentado 28 exposiciones individuales, entre las que se incluyen dos muestras retrospectivas en importantes museos, como el Museo de Monterrey. Dos exposiciones individuales en el Museo de Arte Moderno en la Ciudad de México. Cabe destacar que es el único pintor mexicano que ha expuesto en este importante recinto en dos ocasiones, la primera en 1981 y la segunda en 1999.
La más reciente muestra se realizó en 2019 en el museo de Arte Popular. En 2013 en el museo MARCO de Monterrey, donde se presentaron 35 piezas que abarcan los últimos diez años de creación pictórica. Su obra aparece en colecciones de museos públicos y de instituciones privadas, tanto nacionales como internacionales.
Es doctor en Artes y Diseño en el Posgrado de la Facultad de Artes y Diseño. Además de su obra plástica, colaboró en proyectos escenográficos para cine (El topo y la Montaña sagrada de Alejandro Jodorowsky), como diseñador gráfico y arquitectónico durante cincoaños trabajando en el despacho Osami Kawano y en el Banco Nacional Cinematográfico.
Ha dictado un sinnúmero de conferencias y ha sido ponente en mesas redondas invitado por diversas instituciones. Ha impartido cursos y conferencias en universidades y centros culturales de México y del extranjero.
En el campo de la docencia, que inicia en 1973. A partir de 1975 inicia sus cursos de pintura, disciplina que continúa hasta esta fecha. Por la necesidad de crear un puente entre la vida escolar y el inicio de la vida profesional, genera el primer Taller de Producción en Pintura en la ENAP–UNAM (FAD)(1988-1996). En ese momento innova con nuevas estrategias en la transmisión de conocimientos que permitieron a los estudiantes iniciar sus propios caminos en la carrera profesional.
Es creador del proyecto “Seminario de Pintura Contemporánea”, cuyos diversos objetivos inician la investigación en las áreas técnicas, los estudios teórico- históricos, que han permitido investigar las semánticas relacionadas entre la pintura contemporánea y el trabajo de cada integrante del seminario, donde se han producido más de cuarenta proyectos de investigación individual de los integrantes del seminario, con sus correspondientes exposiciones, y a su vez ha permitido las acciones necesarias para el inicio de gestiones y estudios de curaduría con destacados invitados, quienes han formulado los calendarios que hasta esta fecha se dirigen de lleno a proyectos profesionales fuera de la ENAP–UNAM (FAD).
Tanto en el primer Taller de Producción, que se creó en la ENAP (FAD), como en el Seminario de Pintura Contemporánea, se han formado algunos de los artistas jóvenes y de mediana edad más destacados de México. Cabe mencionar que ha desarrollado metodologías didácticas en pintura, a fin de actualizar y sincronizar esta disciplina de acuerdo con los permanentes cambios que presenta tanto en su devenir en los terrenos profesionales como académicos. Ha participado en la creación de planes de estudio y actualización de los mismos en la ENAP en varias oportunidades.
Por su trayectoria y su relevancia artística, fue candidato al Premio Nacional en el campo de Bellas Artes, así como al Premio Universidad Nacional 2004 en el Área de Creación Artística y Extensión de la Cultura. Recibió el Premio Universidad Nacional 2013 en Docencia en Artes. Ha formado parte del Sistema Nacional de Creadores de Arte en cinco ocasiones, siendo la más reciente para el periodo (2013-2016).
Ha realizado la curaduría de 17 exposiciones; ha escrito numerosas presentaciones y ensayos para catálogos de exposiciones, así como artículos y ensayos en libros y revistas.
Ignacio Salazar ha participado en entrevistas en medios impresos, programas de radio y conducido diversos programas de televisión relacionados con las artes visuales y los diseños.
Óleo, temple y acuarela sobre tela
100 x 120 x 4.5 cm
2013
Prolonga la pintura a través de la enseñanza, y a la vida a través de budismo. Busca el equilibro entre arte y existencia para que la demandante tarea de crear sea una misión supramundana.
LA PINTURA VIVE
Es ignorancia decir que la pintura ha muerto. Las artes no mueren, evolucionan. El dibujo nunca dejará de existir porque los seres humanos dibujamos por una necesidad vital, es como respirar, es como procrear, es como hablar.
LA DIFICULTAD DE PINTAR
Eduardo Abaroa y Gabriel Orozco fueron mis alumnos y no pudieron pintar, porque es muy difícil pintar. Para aprender a pintar necesitas una vida, necesitas todo tú hacerte pintura y volverte pintura. No hay salidas falsas en esto, no hay atajos, es sí o no. La pintura es lenta, un cuadro nunca se acaba, una pintura nunca se acaba, se detiene. Los pintores a lo largo de siglos y siglos no acabamos, detenemos la obra porque tenemos a veces que deshacernos de ella.
PINTAR EXIGE TIEMPO
Los primeros 20 años en la pintura son iniciáticos para ir entendiendo algunos aspectos. Nunca terminas de aprender composición, de adentrarte en los grandes espacios y lugares que implica, en los elementos que la configuran. Vas evolucionando y ya no compones igual que hace dos años, te vas adaptando al ahora y nos podemos morir componiendo. Olvídate de la cuestión técnica, de las cuestiones temáticas o las ideas, del color, de la textura, si yo me quiero dedicar exclusivamente a uno o dos de los aspectos de la composición, por ejemplo, el espacio y la luz, con eso se me va la vida.
ARTE, BUDISMO Y VIDA
Algunos iniciamos la vida espiritual en momentos terribles de la existencia, en donde nos va acorralando la vida, nos va creando tal cantidad de sufrimiento que necesitamos encontrar una serie de alianzas con nosotros mismos para poder trascender ese sufrimiento. Esto se da a través del encuentro con la filosofía y el pensamiento como el budismo, que es una psicología ética de la vida. La vida espiritual se amalgama con la vida artística y la vida artística se convierte en un catalizador de la vida espiritual. Es fascinante porque la soledad y el silencio son una bendición. La concentración es una maravilla, nos aísla de este mundo aterradoramente disolvente de la existencia y nos permite poder reconstruirnos nuevamente. Mi vida espiritual es el centro de mi existencia, mi vida artística es producto de esa vida espiritual.
EL PRIMER TRAZO, MEDITAR Y PINTAR
Parto de no pensar y de algo espontáneo. Dibujo algo muy sencillo, unas cuantas líneas y surge algo, lo dejo descansar, después continúo con ese dibujo y trato de hacer una proyección hacia otra parte. Luego dibujo sobre una superficie más grande y los elementos van surgiendo de las imágenes mentales. Estoy pintando y estoy meditando, no es que me siente en posición de flor de loto. La meditación es estar atento cien por ciento a lo que estás haciendo.
CÓMO RECONOCER A UN JOVEN PINTOR
Lo primero es ver la posibilidad de que tengan confianza en su existencia. Segundo: la posibilidad de eliminar gradualmente los fantasmas y el miedo que los va rodeando. Tercero: su posibilidad de introspección y que no hagan caso al mundanal ruido de las modas, las tendencias, los estilos y todo ese barullo que no les ayuda. Sé, te lo juro que lo sé de antemano, que algunos no pueden, pero no dejo de luchar para ver si de pronto sucede algo extraordinario en su vida y les llena una fractura existencial y puedan iniciar una carrera artística. Pienso: vamos a luchar, el “no” lo tenemos ganado, vamos a buscar el “sí”, vamos a buscar construir. Me encanta construir de la nada, hacer una pintura de la nada, hacer un grabado de la nada.
EL MILENIO Y LA ESTÉTICA DE LA MÁQUINA
La maquina tiene una estética fabulosa. Me dejaron muy impactado las rotativas de Milenio, su belleza, el movimiento y ritmo. Sentía que estaba en una sala de conciertos. Lo que traté de hacer es ir intercalando elementos disonantes, no quería quedarme nada más con el concierto, con las rotativas. Es una pintura que tiene elementos extraños que no tienen nada que ver, son cosas absurdas porque la mente es así.
MILENIO
Pintar puede ser un estado convulso o meditativo. La pintura de Ignacio Salazar indaga en el proceso de concentración que crea inmersión y silencio. En esta pintura hace de la maquinaria de las rotativas de impresión del periódico una investigación estética alrededor de la armonía del movimiento y el mecanismo. Este equilibrio se refleja en la pintura como una prolongación del aislamiento rítmico de lo que funciona, del trabajo metódico. Los colores cálidos nos remiten a la producción, y en una audacia, Salazar hace distancia con la pintura, es testigo de su propia obra y la enfría en un ángulo con hielos que brotan del suelo, azules que calman la fuerza del calor. De nuevo el equilibrio, el balance del peso, la armonía.