Vive, del maestro Napoleón, interpretada por un dibujo hiperrealista del maestro Pedro García de la Torre. Vive podría ser un himno este momento, al motivar una rehabilitación espiritual de la humanidad. Invita a ver de otra manera la existencia.

Napoleón nos cuenta qué inspiró su canción: “Me fui muy chavito a la Ciudad México, a los 16 años. Era el 68 cuando regresé a casa de mis padres, llevaba como siete años en la ciudad. Mi padre y mi madre eran de un estrato muy humilde, fueron campesinos. Se acercaba el Festival de la OTI, y yo ya tenía dos canciones escritas. Cuando llegué esa tarde a visitar, me fui a recorrer la casa, con tantas descarapeladas en las paredes, tan humilde en la colonia Gremial. Me dije a mí mismo: “llevas casi siete años, en la Ciudad de México, ni siquiera has logrado todavía absolutamente nada.” Hablando a voz en cuello conmigo mismo, observando la casa, me dije: “¿y qué?, nada te llevarás cuando te marches”. Me lo dije a voz en cuello. Entonces me regresé a la cocina y tomé una hoja color de rosa y un bolígrafo, y como si me la hubiese dictado, así rápido. Es la canción que más rápido he escrito en mi carrera de compositor. Le puse Vive y escribí la leyenda abajo: “faltan 15 días para el Festival de la OTI, voy a cambiar esta canción por otra que ya tengo inscrita”. Así está el mensaje”.

Fue una epifanía, gritos que da el espíritu. Seguimos con la historia: “Me fui directo a la oficina del señor Raúl Velasco, estaba cerrado y me esperé hasta que amaneció. Me senté afuera, a esperar a que llegara Paty Chapoy. Ella era la que manejaba muchas cosas del Festival de la OTI. Le pedí que por favor me permitiera cambiar una de las canciones que ya estaban. “No está permitido, las canciones ya están”. Fue tanto mi súplica y mi desesperación que me permitió cambiarla. La canté en el Festival de la OTI, y la canción ocupó el cuarto lugar. En la compañía disquera no querían grabarla, a nadie le interesa, es un cuarto lugar. Tenía un vochito que vendí en 3 500 pesos y la grabé con eso.  Hice el LP y, como a los ocho meses, me dijo el señor Raúl Ficachi: “tienes un dinero ahí en tu haber, de tus regalías”. El disco ya había vendido un millón de discos LP. Un millón”.

Pedro García de la Torre tiene un profundo involucramiento espiritual con su obra. Realizó este dibujo hiperrealista, nos habla de la decisión estética, artística y emocional: “Creo que la mayor parte de los mexicanos conocen esa canción. Estuve pensando, meditando acerca de qué hacer. Dibujo esta mano con esta suculenta, como la conocemos acá. Una mano que se viera de trabajo, una mano en donde cada arruga representa una experiencia de vida, una historia que, para mí, son eso esas marcas en la piel. La mano trabajadora, la mano del campesino, la mano del carpintero, la mano del pintor. Está tomando con delicadeza a esta planta, no arrancándola. Quería hacer este contraste entre la humedad de la planta y la textura de la mano seca, que se ven las arrugas y cómo nosotros necesitamos de la naturaleza para vivir. En lo espiritual, en el día a día, esas cosas tan sencillas, son lo que nos hace vivir y dar felicidad. Me concentré en esta parte de la canción que es “verte correr la sangre por tus venas, siembra tu tierra y ponte a trabajar”. Normalmente, cuando estoy pintando, pues lo que veo de mi cuerpo son las manos y las venas que pasan por las manos. La letra es hermosa, es muy bella”.

Carboncillo sobre papel
50 x 30 cm
2020

Vive - Napoleón