
Mía
Élfego Alor
Empezó a estudiar desde pequeño. Su formación en el arte se dio en el centro cultural de Saltillo, posteriormente hizo una carrera de ingeniería en sistemas que le ha permitido viajar y pagar cursos, uno en Florencia, Italia, un intensivo de dibujo de un mes, o en Canadá un curso de técnica de la pintura.
Mía, de Manuel Esperón y Felipe Bermejo. La canción se inmortalizó con Pedro Infante en la película Dos tipos de cuidado, que representa el arquetipo de la masculinidad. El dibujo de Élfego Alor rompe con esa visión tradicional y crea un diálogo amoroso entre mujeres, que nos lleva a otras formas de amar.
Inspirarse en una canción mitificada por la adoración nostálgica que existe hacia uno de sus intérpretes es un reto distinto, nos dice Élfego: “De hecho, fue curioso. En un principio, vi la letra y no la recordé hasta que la busqué y di con ella. En la búsqueda encontré muchas otras versiones anteriores, hasta que encontré la versión de Pedro Infante, la escena de la película donde la canta. Ésa fue la versión que yo escuché”.
Qué dicha es tenerte así, mi cielo, sintiendo tu corazón latir, bebiendo con ansiedad tu aliento, quemándome en tu mirar febril.
El estudio de la letra lleva a la representación en un dibujo, nos dice Élfego: “No pasa lo mismo sólo oyendo la canción, que ponerte a leer la letra. Entonces empezó a surgir la idea de un amor. Hay un pedazo de la canción que es de un amor que desafía al mundo: qué nos importa lo que digan. Fue cuando tomó forma la idea de qué personajes pudieran decir la canción, y me pregunté: ¿y si yo pudiera hacer un dibujo en el que tanto el personaje A como el B pudieran estar diciendo la canción?”.
Hay gente que de dolor se muere, celosa por carecer de amor,
y qué importa la gente así, si Dios te ha traído a mí, que se haga la voluntad… de Dios.
Son dos mujeres las que cantan y dialogan ese amor en contra del mundo, nos cuenta Élfego: “Es esta conclusión de que las dos puedan estar interactuando en otro nivel en la canción y que las dos sean personajes principales. También en la idea del movimiento y de la libertad de su amor y se están viendo las dos a los ojos. Incluso una está invitando a la otra al vuelo, para vivir las dos el amor”.
Dos mujeres enamoradas. Pareciera que todas las canciones son, literalmente, amores heterosexuales. No necesariamente. Todo el mundo tiene derecho a cantar su amor y el amor existe en miles de maneras. Por eso es infinito.
La puesta en escena de este amor es una coreografía aérea, los personajes flotan, Élfego nos explica el proceso: “Fue más orgánico el proceso. Entre las dos juegan. Es una pose muy natural que les surgió a las dos. Simplemente les pedí que se expresaran, se movieran, hicieran. En base a las fotos, sentí que ése era el instante que quería”.
Es un desplante de libertad interpretar la canción con esta pareja de mujeres, y Élfego afirma: “En base a la canción y representarla, y tratar de hacer algo ya no digamos diferente, simplemente quería hacer una historia un poco más allá de cómo fue pensada la canción misma. Creo que éstos son los primeros dibujos que hago de amor. Fue muy desafiante en cuanto a creatividad y cómo hacerlo, en base a una idea asignada”.
El amor y sus formas de manifestarse son parte de nuestra libertad humana, y este dibujo manifiesta una realidad: amar va más allá de imposiciones sociales, es la fuerza que rompe con tabúes para que evolucionemos como seres humanos.
Lápiz sobre papel
50 x 30 cm
2020
Mía - Manuel Esperón y Felipe Bermejo