
Cielo rojo
Emiliano Gironella
Artista plástico mexicano, es hijo de los pintores Alberto Gironella y Carmen Parra, por lo que tuvo contacto con el arte desde muy joven. Su trabajo escultórico en metacrilato y en bronce, algunos de ellos impactantes y dramáticos, otros con evidente ironía crítica.
Emiliano Gironella Parra (Ciudad de México, 1972); Su primer formación académica en artes visuales se da en la Interlochen Arts Academy, Michigan (1990-1992).Al inicio se interesó por la fotografía y el cine. Pero muy pronto su práctica artística se decantó por la pintura, el grabado y las tallas directas en plancha de madera ––como para la realización de xilografías, de cuya técnica es un reconocido especialista–– que en muchas ocasiones concluye en grandes monotipos sobre papel. Sus temas tomaron muy tempranamente una deriva mexicana seguramente heredada de sus padres y el ambiente cultural nacional del que forma parte. Son temas castizos, populares, pero también cultos y literarios: los toros, las peleas de gallos, sus homenajes a José Alfredo Jiménez, las cantinas. Sus series dedicadas a Greguerías de Ramón Gómez de la Serna; el poema Muerte sin fin de José Gorostiza; Pozos a Juan Rulfo; Primero sueño de Sor Juana Inés de la Cruz; El Payaso de las Bofetadas y el Pescador de caña de León Felipe. México al filo en años recientes ha dedicado parte de su trabajo a hacer una crítica al narcotráfico y los problemas que éste ha generado. Artempatía proyecto artístico y pedagógico renovador de arte contra la violencia. Su trabajo escultórico en metacrilato y en bronce, algunos de ellos impactantes y dramáticos, otros con evidente ironía crítica. Además de estos temas y procedimientos técnicos característicos, ha desarrollado otras series menos conocidas de indudable interés: acciones y fotografías digitales (en Mineral de Pozos), cortos de animación, instalaciones en homenaje a artistas contemporáneos ––Jasper Johns, Rothko, J. Albers, Roy Lichtenstein––, etc. Involucrado siempre en las causas sociales, cabe destacar sus talleres socio-artísticos dirigidos a los hijos de policías caídos en el cumplimiento de su deber, así como para niños en situaciones de riesgo. Todo esto a través de su Fundación Manos Manchadas de Pintura, A.C.
Acciones artísticas interactivas que buscan la identificación con las víctimas de la violencia y su sentimiento de dolor y propone renovadas maneras de hacerles frente mediante la creatividad colectiva. Es invitado por el King´s College London, para participar en Mexican Visualities: Critical Approaches to Identity, Image and Violence, con su proyecto de Artempatía que se desprende de los talleres realizados con los hijos de policías federales caídos en combate contra el narcotráfico. Realiza el mural Exilio en la Biblioteca del Colegio de México, por el 75 aniversario de su fundación. Heróes y Cicatrices, Museo Nacional de Culturas Populares, Ciudad de México; Artempatia / Empathy Art Jason Vass en cooperación con Getty Museum. Se editó su lectura plásticas del poema Tierra baldía de T.S. Eliot. El 13 de julio de 2017, durante la conmemoración del Día del Policía Federal recibe el reconocimiento de manos del presidente Enrique Peña Nieto por su proyecto Manos Manchadas de Pintura. En octubre de 2019 presenta el libro Pluma y plomo que ilustra con 52 obras el encuentro de Cortés y Moctezuma, con textos de Christian Duverger y Luis Barjau. En noviembre de ese mismo año recibió junto con el director Enrique Arroyo el premio Malvinas en el marco del 34 Festival del Cinema Latino Americano de Trieste por el largometraje Cicatriz Arte, memoria audiovisual de los talleres impartidos a los hijos de policías federales. En el Marco del 48 Festival Cervantino expone Pluma y Plomo en el Museo Iconográfico del Quijote en Guanajuato. 2021, es invitado a participar como ponente en el XXX Coloquio Cervantino; presenta su exposición Cortés escritor en el Museo Iconográfico del Quijote en Guanajuato.
Monotipo
50 x 30 cm
2020
Cielo rojo - Juan Záizar
Va cabalgando, buscando la muerte, nunca se va a detener su cabalgar, hasta morir, hasta encontrarse con la muerte. El jinete emprende ese viaje acompañado por la melancolía, busca olvidar quién fue, olvidar su nombre y su pasado. La canción Cielo rojo, de Juan Záizar, el dibujo es del artista Emiliano Gironella.
Retomado líneas especificas de la letra de la canción, Emiliano nos describe su proceso creativo: “Me fui a la idea del jinete, el caballo, la muerte y del cielo. Aquí está la montaña, que dice “Por la lejana montaña va cabalgando un jinete y va solito en el mundo y va deseando la muerte”, tiene que ver con esa idea una melancolía tremebunda. ¿Qué es buscar la muerte si no la idea de la melancolía? Esta canción es uno de los poemas mexicanos que tienen que ver con la melancolía más importantes del siglo XX, y lo cantan los mariachis. No creo que haya una música que te induzca más a echarte un traguito de tequila que la música mexicana, también tiene ese tajo de melancolía. La melancolía es parte esencial de la música popular, que viene en el jazz, el blues y viene en el mariachi. En ese proceso de desear la muerte está la pieza. Porque la muerte te la regalan con la vida, ¿Quién la desea? Sólo la melancolía la desea”.
Emiliano continúa: “La melancolía es uno de los motores de creación más importantes, es muy claro en estas creaciones populares, que son claves de la creación literaria de este país. La melancolía en México tristemente vive de los migrantes. Es la nostalgia del pueblo en donde naciste, donde no puedes regresar. El jinete habla de esa nostalgia; y habla de ese lugar donde dejaste”.
Emiliano se pronuncia: “Escucho música popular, jazz, blues, música popular mexicana. Me identifico con lo que viene del pueblo. Tengo una educación formal, pero me gusta mucho la música popular. Es totalmente injusto que los académicos y los intelectuales la hayan despreciado. Creo que básicamente es por envidia y es porque la empresa cultural más sana en este país es la música popular. Los Tigres del Norte, o sea, esos sí son millonarios. Nunca Octavio Paz soñó con tener un avión privado. Hay una parte de envidia y una parte de que la gran academia mexicana no puede transmitir lo que puede transmitir el músico popular. Bob Dylan se gana el Premio Nobel de Literatura y, en México, la academia no voltea a ver a un José Alfredo Jiménez. Creo que, a través de las artes plásticas, podemos generar ese puente: que los académicos volteen a la música popular”.
Con su obra, Emiliano ha realizado libros sobre compositores mexicanos. “Mi trabajo tiene una parte de investigación. Cuando me acerco a artistas de la talla de José Alfredo, siempre lo hago con una humildad brutal, porque sí tengo el reconocimiento. México ha dado grandes artistas plásticos, pero también grandes compositores. Entonces trato de hacerlo de la manera más sencilla. Hice el primer libro de José Alfredo Jiménez, pero también trabajo con poemas como “Tierra baldía” de T. S. Eliot, y los equivalgo, pongo a José Alfredo Jiménez como poeta, igual o superior a Octavio Paz. Cuando tú tienes esa humildad de tomar lo popular y darle la grandeza que merece, es un acercamiento, por decirlo, noble”.