Filemón Santiago

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Evoca los mitos, la gente y la cotidianeidad de Oaxaca, nació en San José Sosola, Etla, en 1958. Tiene un lenguaje contundente que marca una diferencia en la asimilada estética oaxaqueña, consecuencia de su decisión de aportar en lugar de continuar en un camino fácil.

Quote Hay emociones encontradas, emociones por descubrir. Me enfoqué en la fantasía de esa edad.

Filemón Santiago Avendaño nació el 8 de Marzo de 1958 en San José Sosola. Dejó su pueblo natal para vivir en la ciudad de Oaxaca y estudiar pintura en el Taller Rufino Tamayo. Los temas de sus obras y sobre todo su técnica sería otra de no haber dejado Oaxaca en 1978 para vivir en Chicago, Estados Unidos. Los años allí propiciaron que se integrara al ambiente y viviera más de cerca el arte europeo, latinoamericano y americano.

De algunos artistas americanos de la época de la depresión y de otros ha aprendido y, sin darse cuenta siquiera, con el paso del tiempo su influencia ha surgido, sin que él trate de copiarles. Después de 15 años fuera de México, regresó y ésto se refleja en los cuadros que tienen un poco el paisaje de acá y otro poco de gran ciudad de allá. Él lleva ya 28 años pintando y en su obra se observa la seguridad de la experiencia. Filemón Santiago ha expuesto en Canadá, Holanda, Japón, diversas ciudades de Estados Unidos y México.

Su talento lo hizo merecedor del premio «Logan»: Chicago & Vicinity Show, del Instituto de Arte de Chicago en 1980. El Museo de Arte Moderno de Monterrey, en Monterrey, Nuevo León tiene también su colección, así como y el Museo de Punta del Este, Uruguay. En los Estados Unidos existen cuatro colecciones de su obra distribuidas en el Instituto de Arte de Chicago, Illinois; el Museo de Arte Moderno Latinoamericano en Washington, DC; el Museo del Estado de Illinois, en Springfield, Illinois y en la Biblioteca Harold Washington en Chicago, Illinois.

En 1995 viajó a Holanda para impartir un curso de pintura y actualmente sigue trabajando incansablemente en Oaxaca.

En esta época puritana escuchar esta canción resulta un riesgo. Jorge nos cuenta la historia: “Cuando las niñas están en su casa, están estudiando, con sus papás, no las dejan salir y no las dejan ir a ningún lado, no pueden ir a ninguna fiesta ni nada. Un día la niña conoce a un hombre mayor que ella. La muchacha tiene 17 años. Este hombre dice: es callada, tímida, inocente, y tiene la mirada, le tomo la mano y siento algo extraño. La niña siente maripositas en el estómago, se pegunta si lo que siente es el amor, porque nunca la habían tomado de la mano. De eso se trata: de cantarle a la inocencia”.

Filemón Santiago, en su obra, ha investigado sobre el amor y las parejas, nos narra cómo se inspiró en la canción: “Me enfoqué más que en una cuestión meramente de sensación de la muchacha. A los 17 años qué te intriga, cuáles son tus preguntas, quieres salir y bailar, hay ciertos gustos que quieres y a los 17 años tampoco los puedes tener. Son una serie de ilusiones, que a esa edad uno tiene. Es una edad muy hermosa, es como un panal con miel, destilando la vida por todos lados. Hay emociones encontradas, emociones por descubrir. Me enfoqué en la fantasía de esa edad”.

A los 17 años creemos que el mundo es algo que en realidad no es. Los Ángeles Azules lanzaron esa canción y Jorge nos cuenta: “Esta canción nunca fue promocionada. Estudié en el Conservatorio Nacional de Música, en Polanco, y manejo mucho los tiempos fuertes en la música. Entonces cuando hago las partituras de la canción, voy acentuando trompeta, trombones y acentuando cantantes, los acentos que debe llevar la composición que es circular. La canción se queda sin promoción, sin publicidad. Hasta que nos vamos enterando que la mayoría de escuelas particulares les gusta a los muchachos”.

Las consecuenciaS de ese furor adolescente, nos dice Jorge: “En el 2013 fuimos al Vive Latino, por primera vez que un grupo de cumbias se presentaba en un festival de rock pop, había bolitas de niños, muchachitos. Todos brincando y pedían la canción de 17 años. Fue el boom para todo México, Centroamérica y Estados Unidos. Íbamos a todos los pueblos a tocar y era el efecto de 17. Ese boom venía de todos los jovencitos de las escuelas. Esa canción nos mantuvo ocupados en muchos países, ciudades. Nos encanta ir a los pueblos porque nosotros somos un grupo que nació en los pueblos”.

En el dibujo, Filemón pone esos detalles de esa edad: “La fantasía de los lentes oscuros, la fantasía de unos guantes de deporte. Aquí está una zapatilla de mujer, el guante pareciera tener vida y lo está como apretando. Hay un elemento interesante, el hecho de que a esa edad todo es libertad. La fantasía también es la libertad, son las mariposas que vuelan hacia el infinito y las que, decía el autor, se sienten en el estómago”.


Tinta china sobre papel
50 x 30 cm
2020

17 años - Jorge Mejía

   
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