Todas mis lunas
Laura Reich
Llegó al arte orillada por la vida. Es obsesiva al límite, no sale de las fronteras del mundo que ha inventado milimétricamente en su hogar al lado de su gato Gastón. Trabaja dibujo, grabado, serigrafía, su pasión por el trabajo le impide detener la experimentación y la producción de su obra que inició en 1989. Padece las entrevistas pero es generosa con las respuestas.
Describe su pintura como la humildad de un oficio, huye de intelectualizar o explicar su obra, deja que el público haga eso, ella sólo pinta.
EL ARTE O LA VIDA
Es mi refugio, el otro día vi algo que no inventé yo: el arte no salva al mundo pero me salva a mí. Era mi lugar seguro, eso es para mí, sigue siendo. El arte me refugia de mí misma, fue una cosa muy para mí, no tanto para afuera, no era querer hacer cosas, ni salir en la tele, era solamente donde yo pudiera estar conmigo sin que nada me doliera mucho.
CONCEPTO O CREACIÓN
Es un ritmo, me siento cómoda cuando ya sé lo que tengo que hacer, cuando ya están las mariposas. Por ejemplo, cuando comienzo con las Lunas y sé que ahí voy a poner muchas Lunas, es cómodo, pero en la parte creativa te atoras y dices “bueno, qué sigue”. Es el equilibrio, no podría estar todo el tiempo en la creatividad ni todo el tiempo en la obsesiva. No está planeado, es la pintura, el color, las texturas, todo es parte de la obra.
PENSAR O SENTIR
Soy una persona muy obsesiva, lo puedes ver en mi taller, en mi pintura. Es bastante más simple, no es conceptual, mi arte es la práctica, a mí lo que me gusta es el oficio, pintar. Va saliendo, a veces comienzo haciendo una textura y la misma textura me va dando formas o a veces tengo algo más o menos planeado que nunca es el resultado final, pero se parece. Solamente me siento y hago lo que sé hacer, es un oficio, no es tan pretencioso, es solamente pintar.
PAZ O TORMENTO
Para mí la pintura salva y hunde, las dos cosas, la gloria y el infierno, me ha dado las mejores cosas, es la certeza, mi hilo que me ata a la vida, es todo y es la soledad absoluta, la no pertenencia, o sea toda la otra parte, eso es difícil, la vida en la pintura es algo muy intenso.
FUERA O DENTRO
Pinto en el mundo donde no estoy, son cuadros de viaje, de ilusión muy estructurada, una parte donde yo no vivo, donde yo no existo, es el otro lado el que sale pintando, sale de un lugar muy raro, como si yo no lo hubiera hecho. No soy una persona religiosa, ni pienso que hay una mano divina pero es como si no fuera de uno y le pasa a muchísimos artistas. Ves el cuadro y ya es ajeno cuando está terminado, es una energía que va más allá de ti.
SIN FINAL
Las ideas vienen del subconsciente, soy una persona muy obsesiva y me cuesta mucho parar un cuadro, siempre pienso que podría trabajarlo una vez más. Me he hecho el oficio de parar.
LA LUNA DE LAURA
No fue tan pensado, primero quise pensar en la Luna y pensé en un color más mágico y fue saliendo, pero empezó en blanco, luego es rosa, luego es azul y entonces termina. Debajo de esto hay cuatro capas para llegar a este tono, entonces es un tono medio pensado, medio accidentado y después lo que no me gusta lo voy resolviendo, ésa es la técnica del oficio que me han dado treinta años de dedicarme a esto. La Luna es mágica, es Dios, es la naturaleza misma, está con nosotros toda la vida, desde que eres chiquita hasta que eres viejito, no sólo influye en tu cuerpo también visualmente, es parte del paisaje.
La arquitectura de la imaginación, la torre se eleva sin que vislumbremos su final, construida sobre lunas, y por sus ventanas más lunas se escapan. El cielo magenta, teñido del sueño, del sopor que inunda la mente cuando dormimos, Laura Reich pinta todas las lunas que habitan en la noche, que provocan la fiebre de los sueños. Pincelada minuciosa, delicada, obsesiva, Laura se entrega al cuadro sin pensar, se deja llevar por el color, por una orden que va más allá de su voluntad, es únicamente pintura, es habitar un espacio del instinto creativo. Esa torre que no se termina es la pintura, una escalera que infinita que se rompe mientras se escala.
Acrílico sobre tela
133.7 x 134 x 4.7 cm
2016