Leonel Maciel

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Leonel  Maciel

Nació en 1939. Dibuja con decisión desde los ocho años, estudió en la Esmeralda, pero la vida fue la que le mostró lo que debería pintar. Es un pintor que quería ser aviador, tal vez por eso es un gran viajero y un buscador de sitios desconocidos. Se negó a ser pintor hasta que la pintura lo acorraló.

Quote No me interesa ser moderno, el arte no tiene tiempo

Vital, memorioso, sabio, hedonista, vive en Cuernavaca rodeado de su obra y sus amigos, le gusta cocinar y su pintura es parte de ese placer.

LA PINTURA ES DESTINO

Saliendo de La Esmeralda no sabía qué hacer, porque a mí no me interesaba ser pintor. El destino mete su cuchara donde no debe y resulta me ofrecen un trabajo en la Unidad Independencia que la inauguró López Mateos del brazo de Charles de Gaulle, me da la cátedra de pintura y nosotros inauguramos los talleres de arte. Entré a dar clases ahí y en La Esmeralda, y me puse a pintar con los alumnos pero llegó un momento en que me di cuenta que yo no servía como maestro, los alumnos me hacían enojar mucho, terminaba peleándome con ellos. No servía yo para dar explicaciones, ¿qué hice? Me fui a Europa.

VIVIR PARA VIVIR

Muchos dirían que en Europa vieron muchísima pintura, yo vi lo que tenía que ver. Para empezar fui a Nueva York, luego Islandia, luego el resto de Europa, allá no hice nada más que andar caminando y llevar la vida como se me iba presentando, como me ha sucedido siempre. Pablo Neruda escribe en su hermoso libro Confieso que he vivido, tengo un amigo que murió hace unos siete años que le gustaba mucho el trago y él escribió que confesaba “cómo había bebido”, yo confieso que “no sé cómo he vivido”.

 VIVIR HOY Y AHORA

Cuando yo decidí dedicarme a la pintura me dije “si voy a ser pintor, voy a hacer lo que se me antoje”. No estoy por el estilo, no me interesa el estilo, no me interesan las escuelas, no me interesa el pensamiento de los demás, me interesa lo que yo voy pensando de acuerdo al mundo que me ha tocado vivir. Voy desarrollando mi propio pensamiento. Que si mi pintura es actual, que si no es actual, digo, mientras yo la esté haciendo es actual. Eso que dicen “no qué, es que en mis tiempos…” mis tiempos han sido desde que yo nazco hasta que vaya a morir, todo es mi tiempo.

CREAR SIN TIEMPO

Nos hemos ido volviendo muy asépticos al hacer arte y me refiero en términos generales. Cuando escucho a los muchachos que hablan de música “que si es el rock, que si es el otro, que si por aquí, por allá”, bueno, ¿y dónde está la rebeldía del creador? ¿Por qué todo tiene que ser de allá? ¿Qué no tengo nada adentro, no hay nada en mi pequeño entorno nacional que me influya, que me dé? En el arte, todo lo moderno nos lo tienen que mandar de afuera ¿qué es lo que pasa? Nosotros nos colgamos en el tren, pero ni siquiera adentro del tren, ni siquiera adentro del cabús, sino colgados del cabús. Y a todo esto ¿por qué tengo que ser moderno? No me interesa ser moderno, el arte no tiene tiempo.

PINTAR EL TODO

Siempre he dicho que no es tema, el tema es un pretexto, el tema puede ser ahorita, lo que estamos hablando son ideas, lo que estoy viendo me da ideas. Pero, ¿cómo voy a tratar el tema? Antes existían los temas heroicos y hubo un momento en que eso se supera, el tema puede ser, qué sé yo, el vuelo de una mosca, o la nada ¿qué voy a hacer con la nada? ¿Cómo voy a tratar la nada? Lo importante es saber qué hacer con eso.

 EL SOL DE LEONEL

Es que por pintar un Sol amarillo sobre un fondo negro dije “al Sol lo vemos a través de un gran vidrio, y en todas imágenes que vemos por fotografía, por los telescopios, el Sol está lleno de formas, de manchas”, y empecé desde el fondo amarillo hacia delante hasta llegar a estas manchas rojas. Después me digo “persona es vida y es muerte, y ¿cuál es la planta creadora de nutriente del mexicano y que ahora es del mundo?” El maíz y nosotros somos la cultura del maíz, los primeros hombres fueron de maíz, pero primero viene Nanahuatzin, el Sol, y luego Tecuciztécatl, la Luna, y siempre me ha gustado la Luna menguante ¿por qué no ponerla ahí? Entonces es vida y muerte.

 

El calor y la luz nos unen al Sol, lo sentimos más que verlo, las manchas son un misterio que la ciencia reveló de un dios que ha sido adorado desde el origen de la humanidad. Leonel Maciel pinta un Universo oscuro en donde un Sol muestra sus manchas, las marcas de la sangre ofrecida y lo rodea de simbología, el maíz que es hijo de su luz y padre de nuestra civilización. El Sol nos da vida y para venerarlo le damos muerte, sacrificio, nace Nanahuatzin, el Sol y luego Tecuciztécatl, la Luna, el cráneo y la Luna menguante. Leonel con esa oscuridad recrea el silencio después del sacrificio, la paz del que se entrega, la deuda saldada.


Acrílico y óleo sobre tela
130 x 130 x 7.5 cm
2016

   
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