Lorena Camarena

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Lorena  Camarena

Inició estudios en psicología pero encontró en el dibujo un camino para centrarse a sí misma, estudió la carrera de Artes Plásticas en la Universidad de Guadalajara. Trabaja en diferentes formatos involucrando presencias concretas con espacios abstractos, las sombras son producto de su observación e invención.

Quote El silencio habla mucho, no es necesario decirlo todo

Lorena Camarena Osorno nació en la Ciudad de México en 1974. Vivió entre México, Estados Unidos y Uruguay hasta 1992 cuando se radicó definitivamente en su México natal. Inició sus estudios universitarios en Psicología en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente en Guadalajara, Jalisco. En 1994 inició su formación artística profesional con el escultor tapatío Ignacio Garibay. De 1996 a 2002 estudió la Licenciatura en Artes Visuales, Pintura, en la Universidad de Guadalajara, Jalisco, México. Durante este tiempo también trabajó en la Secretaría de Cultura de Jalisco. De 2002 a 2006 fue investigadora del Museo Nacional de San Carlos y posteriormente fue Subdirectora de Servicios Educativos del Museo Nacional de Arte de la Ciudad de México. Se dedicó a la investigación y difusión educativa de las colecciones de estos museos. 

 Ha realizado 18 exposiciones individuales y participado en 33 colectivas en México, Canadá, Francia, Estados Unidos y China. Su obra ha sido seleccionada para diversos salones de arte y bienales, destacando el XXIII Encuentro Nacional de Arte Joven, Aguascalientes (2003), Mexique, Peinture contemporaine, Instituto Cultural México á Paris( 2007/2010, mención honorífica) y la 9ª Bienal de Beijing, China (2021). En 2020 fue admitida en el Sistema Nacional de Creadores de Arte, un honor que otorga el Gobierno mexicano a artistas que han alcanzado la excelencia artística. Su exposición actual, Alguna vez el Paraíso, Pop up Cultural en la Embajada de México en el Reino Unido, Londres, explora los límites entre el paisaje imaginado, el mundo concreto y la disonancia entre ambos.

Influenciada por la poesía, Bacon y las sombras que persiguen su mirada crea sus atmósferas pictóricas.

EL TEMA Y LA TÉCNICA

La pintura es un portal que abre hacia otro mundo, es como Narciso porque es uno mismo mirándose y de repente se abre al País de las Maravillas de Alicia. Dejas de verte a ti mismo y encuentras una cantidad de temas y de reflexiones, me interesa ver qué hay en ese mundo, ver qué sucede. Es importante tener las herramientas técnicas, si te sientes seguro eso te permite encontrar significados e historias, pero lo importante es tener una base para poder desarrollar eso.

CREAR Y DESTRUIR

Con los años por fin estoy llegando a decir eso que quise decir hace quince años, doce años, tiene que ver con la figura y también con lo abstracto, con deconstruir la figura. En ese sentido Francis Bacon es un pintor que me interesa, no es que se parezca mucho mi pintura, pero es en la destrucción, mi pintura es destrucción para llegar a una construcción. El acrílico me permite hacer eso, porque voy creando, aplico muchas capas en la pintura, y dejo huellas de lo que voy pintando y borrando, luego lijo, puede ser con un trapo viejo, con un cepillo de metal, saco veladuras y eso va dando cualidades.

SOMBRAS

Trabajo la primera parte del cuadro y es totalmente libre, no hay una idea, es crear un espacio de profundidad en el agua o en el espacio. Es crear una atmósfera con veladuras y con accidentes, por eso casi todas las pinturas tienen algo de chorreado. Al final el cuadro me va dando una definición, voy encontrando elementos que realmente son huesos o metal, ramas, la naturaleza es muy importante y sobre todo las sombras, siempre estoy buscando sombras en la calle, en la noche, en el día, y a partir de las sombras voy estructurando mi pintura.

LA DECISIÓN DEL COLOR

A mí misma me sorprenden las paletas de colores, ahora tienden a ser un poco más oscuras, en cuadros más recientes hay más luz, pero no pienso mucho, no es consiente la decisión de la paleta. Cuando ya veo la serie, entiendo que era más oscura o más clara. Tengo un cuadro que se llama Mujer y martillo, ese cuadro es de huesos y los fondos más abstractos, es un homenaje a un poema de Sylvia Plath, una escritora que descubrí hace muchos años y luego profundicé en su poesía. En ese cuadro encontré una paleta, una forma de trabajar que es con veladuras y no teniéndole mucho respeto al lienzo, no teniéndole miedo, sino aventándose a que suceda lo que tenga que suceder en la pintura.

LA LUNA DE LORENA CAMARENA

Pensé primero en colores, trabajando los fondos, los azules, dije el tono va a ser azul y lo planteé en el sentido femenino-masculino, pensé en las sutilezas y al final en las sombras. Esta es la sombra de un árbol invertida como es en la noche, la inversión del día, y acá en una esquina está la Luna. Pensé en color y sombra, lo que se ve y no se ve. Las fases Lunares vinieron primero y fue lo que definió porque son más luminosas. Las sombras reflejan un mundo interno, muy interesante, muy complejo, lo que queremos ver en nosotros mismos y lo que no queremos. La noche es silenciosa, es lo que pueda decir en silencio. El silencio habla mucho, no es necesario a veces decirlo todo.

 

La noche es una cortina que cae para que inicie la representación de la oscuridad y la luz de la Luna invente sombras. La realidad se transfigura, cambia el relieve de las cosas, matices antes imperceptibles surgen, la Luna es un latido rítmico, es el cantico de la obra. Lorena Camarena recurre a la abstracción para habitar con atmósferas y a la figura para narrar una historia ambigua, la rama de un árbol cae en primer plano sobre un follaje imperceptible, es la penumbra la que describe al bosque. La pintura de Lorena es una labor de destrucción, borra, degrada velando su obra para plasmar la alucinación nocturna.


Acrílico sobre lino
133 x 133 x 7.5 cm
2016

   
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