Mestiza durmiente
Mario Cinquemani
Nació en 1984 en Guadalajara Jalisco y esa ciudad estudió la Licenciatura en artes visuales en la UdeG. Tomó clases de dibujo Anatómico en la Art League of Houston en Texas con el escultor Willy Wang. Regresó a Jalisco y se incorporó al estudio de José Fors y fue alumno de Carlos Vargas. Le gusta dibujar tatuajes y él mismo tiene varios que muestra como trofeos.
CANTO A UN DIOS MINERAL
(fragmento)
La mirada a los aires se transporta,
pero es también vuelta hacia dentro, absorta,
el ser a quien rechaza
y en vano tras la onda tornadiza
confronta la visión que se desliza
con la visión que traza.
Y abatido se esconde, se concentra,
en sus recónditas cavernas entra
y ya libre en los muros
de la sombra interior de que es el dueño
suelta al nocturno paladar el sueño
sus sabores obscuros.
Cuevas innúmeras y endurecidas,
vastos depósitos de breves vidas,
guardan impenetrable
la materia sin luz y sin sonido
que aún no recoge el alma en su sentido
ni supone que hable.
Jorge Cuesta
Óleo y acrílico sobre tela
120 x 164.5 x 5.3 cm
2014
Su estudio en silencio es de una austeridad monacal, un espacio que permite concentrarse en un solo objetivo: pintar.
DECIR CON LA TÉCNICA
Duré varios años bastante enfocado en la técnica, y está va tomando diferentes caminos dependiendo de tu personalidad y de lo que quieres trasmitir. En un inicio tenía la inquietud de decir a través de mis piezas: yo me siento de esta manera, me pasan estas cosas. Son piezas demasiado personales y siento no es tan bueno hacerlas tan personales porque debe haber un equilibrio en eso. Creo que es la manera de crear un puente entre el espectador y tu pieza, y finalmente entre ti mismo y el espectador. El proceso de la obra manifiesta mucho de la personalidad de quién pinta, no solo en cuanto al tema, no solo en cuanto al discurso, sino a nivel matérico, la manera en que trabajas la obra habla mucho de cada quien.
EL VOYERISMO DE VER DORMIR A LAS MUJERES
Para empezar una de las constantes en cuanto a la atmósfera en la que se encuentran los personajes es el silencio. Para mí el silencio ha sido muy importante, de unos años para acá cuando comencé con estos problemas de la voz, y comencé a escuchar más no tanto a hablar. Contemplaba más y vivía más horas en silencio y eso se fue manifestando en mis obras, por eso los personajes están dormidos. Durante mis primeros años dedicándome a la pintura, el ver yo al personaje dormido, en una cierta vulnerabilidad de él para conmigo, me permitía tener el mando, el control de la situación. Eso me aportaba cierta seguridad, por ejemplo, cuando pintas a una persona con los ojos abiertos ahí existe esa inquietud por dejar que hable la identidad de esa persona y eso impone cómo crear la obra.
LA VULNERABILIDAD DE CONOCERSE
El arte te da muchas cosas que en un inicio ni te imaginas, por ejemplo, la incertidumbre de vivir del arte, cambias de inmediato ya que en un inicio tienes unas expectativas, no de lo que piensas lograr, no sólo a nivel técnico, hablo de tus metas, todas estas cosas, pero con el tiempo se van diluyendo y te vas quedando con lo fundamental y a la vez te vas descubriendo a ti mismo. Una de las cosas que la pintura te aporta es el descubrirte a ti mismo, el conocerte porque son muchas horas que pasas a solas. Finalmente no tienes nada más que a ti mismo y ese espejo que es tu obra, entonces vives en una vulnerabilidad interminable y la incertidumbre. Estás al filo de muchas cosas y te vuelves sensible, te conectas con tu esencia.
DESTRUIR Y ACEPTAR A LA OBRA
Hace varios años me pasaba que me cansaba una pieza y la dejaba de lado, incluso si llevaba un mes de trabajo, llegaba y ¡pum! la tapaba con color y no tenía miedo de destruirla. Conforme va pasando el tiempo vas aceptando tu obra porque finalmente eres tú. Ya no me pasa eso, ahora comienzo una obra y siempre tengo esa avidez de concluirla y disfruto mucho el proceso o si siento que alguna pieza tiene que descansar poquito lo hago, pero casi no me pasa, trabajo con mucha determinación desde el inicio en que nace la imagen y la voy trabajando en mi mente hasta que concluyo. Siempre voy detrás de ello y no hay descanso.
CANTO A UN DIOS MINERAL Y LA MUJER QUE SUEÑA
Me gustaron esos dos fragmentos del poema porque creo que evoca atmósferas que están impregnadas de melancolía, me generaba una sensación de obscuridad. Tenía la idea a nivel emocional de lo que quería que me proyectara la pieza, y cuando fui descubriendo este poema de inmediato me conecté con lo que le estaba diciendo pues habla de una persona inerte, inmóvil, y el poeta está reflejando parte de su propia obscuridad. Fue como un espejo, me sentí muy identificado con lo que había escrito. La obra tiene rasgos muy pictóricos que para mí son fundamentales y creo, en un sentido simbólico, que la vibración en la obra habla de la vida porque lo que vibra tiene vida. Hice la analogía con los átomos, las moléculas y todo este universo microscópico que está en movimiento. Con las pinceladas también trato de reflejar la presencia de la pintura, hablar de la humildad ante tu obra dándole paso a la pintura, como diciendo: aquí dejo de existir yo para darle paso a la pintura como un ente.