Paola Celada

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Paola  Celada

Nació en Monterrey, Nuevo León, en 1979.Comenzó sus estudios de pintura a los siete años, y sigue innovando en técnicas artísticas hasta la fecha. En el 2004 se tituló como Licenciada en Mercadotecnia Internacional por la Universidad de Monterrey. Ha realizado diplomados y cursos en diseño, figura humana, pintura, historia del arte, joyería, escultura, museografía, arte efímero, arte emergente, videoarte, y fotografía en México, Estados Unidos de América, Francia, Italia y España.

Quote Desesperada por expresar el dolor que estaba sintiendo nació el collage

Paola nació en Monterrey, México. Comenzó sus estudios de pintura a los siete años y continúa explorando e innovando con diversas técnicas

Artista ecléctica, arriesgada y clásica, Paola aborda cada proyecto con una creatividad extraordinaria y de libertad. Trabaja con pintura, dibujo, collage, escultura e instalaciones.

La complejidad visual y la narrativa que posee en cada lienzo, la convierte en una destacada exponente del arte contemporáneo mexicano.

Sus obras han sido presentadas en numerosas exposiciones, individuales y colectivas dentro y fuera de su país natal.

Su trabajo responde a su aprecio por la belleza que reside en un recuerdo ella la define universo como defensa de las influencias artísticas: decidió crear, sólo para satisfacer su placer en el versión más abigarrada y emotiva de su propia realidad

Ella recolecta, ensambla y observa cada objeto que ella encuentra y recupera para luego agregar en una pieza de trabajo

Este gesto, centrado en el azar que por cierto hunde sus raíces en las prácticas artísticas de avant-guarde del siglo XX, y valora la estética del objet trouvé - es lo que le da a cada una de sus obras una unicidad absoluta; así que no hay posibilidad de dos iguales. Cada una de ellas es como los suelos, un espacio irrepetible.

Colecciona niñas misteriosas, insectos, perlas, muñecas rotas que le invitan a crear un mundo intemporal y sensorial.

ENCONTRAR EL BARROQUISMO

Me viene desde chica, cuando murió mi abuela fuimos a su casa a limpiarla, yo tenía catorce años, y había un cuarto que tenía un tocador, vestidos, había rosarios de Roma, vestidos pintados a mano, abrías puertitas, cajones, todo lleno de cosas que a mí me parecieron fascinantes. En eso llegó mi mamá y me preguntó “¿Qué haces aquí?”, porque ahí no podíamos entrar, y dije “no sé, estaba aburrida y entré”, y me dijo “¡ah!, pues agarra lo que quieras”, y dije: “yo quiero todo”.  Tenía mi cuarto de pintura ya desde esa edad y me llevé lo que quise.

BUSCAR EL OBJETO Y EL LENGUAJE

Un día un amigo estaba pasando por un momento muy difícil, me desesperé y entré al cuarto de pintura, y yo quería pintar, dibujo muy rápido pero pinto muy lento y ya quería expresar lo que sentía y no podía. Como tenía todas esas cosas de mi abuela y de mi mamá, empecé a imaginar y empecé a coser, a poner y apegar, y así desesperada por expresar el dolor que estaba sintiendo por mi amigo nació el collage, entonces ahí dije sí necesito papeles de este color, telas y de repente ya fueron insectos, perlas… Me expresa diferente una tela, que es una textura, a una concha, que es otra y que es diferente emoción lo que te da; busco esas texturas, colores, tamaños, nunca planeo la obra, ni lo que voy a hacer, siempre va saliendo lo que voy sintiendo.

ESTAR EN LA MIRADA INFANTIL

Es algo que tengo dentro. Las fotos que veo de mí, de niña chiquita, las de mi mamá y de su hermana, me encanta dibujarlas, son miradas como las antiguas. La mirada de una niña es misteriosa, sobre todo las antiguas, y no porque yo diga que la niña está triste o que está traumada esa niña debe ser mi modelo. Me gusta esa mirada de las niñas. Siento que transmiten sentimientos que no los pueden decir, las niñas no saben expresarse tanto con las palabras, y con la mirada me dicen todo. Invito a modelar a las niñas nuevas de ahora, me hacen caras y gestos locos, pero cuando las hago, el gesto que hizo chistoso queda como macabro, no sé cómo decirlo, me queda misterioso.

LA LUNA DE PAOLA CELADA

La dureza del material de la creta es todo lo que resiste la Luna por nosotros, igual la mujer por los suyos; y quise que tuviera demasiada luz como es la Luna. El círculo es la imagen de la Luna, dentro es el orden y afuera está el desorden, porque la Luna es la que nos mantiene vivos. El elemento del collar, que es duro, es de fierro que se le está encajando en el cuello y ella está soportando, es lo mismo que soporta la mujer. A través de la Historia la mujer ha soportado mucho y hoy en día igualmente. La Luna por eso tiene cráteres, porque ha soportado golpes, y está en constante movimiento, cuidándonos a nosotros. Puse naturaleza y ella está acogiendo la naturaleza y protegiéndola adentro de ella, afuera ya no. Afuera ya está todo caótico. Está el pájaro, las flores, puse todo en su corazón. La fragilidad del aura son los encajes y telitas delgaditas como la feminidad y la delicadeza, nadie le da importancia, pero es realmente importante la delicadeza de ser así.

La infancia es un sitio mítico, la recordamos como no es, la evitamos por lo que es. Al dejarla nos convertimos en sus testigos, y se vuelve extraña, desconocida, ajena a nuestra propia realidad. La distancia es temporal y emocional, se queda lejos hasta que se pierde. Paola Celada entra en el proceso de recrearla desde la melancolía y la observación de las niñas que la rodean, dibuja la Luna llena con el rostro de una adolescente, la mirada que esconde secretos, el concentrado detalle en el vestido y las flores así como la composición remiten al art nouveau. Paola convierte al tránsito de una edad a otra en un ciclo, en la constante de crecer y morir.


Grafito y mariposas sobre creta y madera
143 x 142 x 14 cm
2016

   
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