Ramiro Martínez Plasencia

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Ramiro Martínez Plasencia

Estudió arquitectura en el Tec de Monterrey buscando una carrera que le permitiera dibujar. Nació en 1963 y vive en Santiago, Nuevo León. Emigró a la Ciudad de México para estudiar en la Academia de San Carlos y su carrera cobró otro sentido cuando ingresó al taller de Ignacio Salazar en la ENAP. Imparte clases de dibujo y está a punto de viajar a China para profundizar en su técnica.

Quote Tenemos experiencias, momentos, relaciones, que son irrepetibles, que se manifiestan para dejar un recuerdo, que inalcanzable, contemplamos.

Nace el 21 de octubre de 1963 en la Cd. de México. Antes de cumplir el año de edad su familia se traslada a la ciudad de Monterrey donde permanece hasta concluir sus estudios de arquitectura en el ITESM y trabajar en diversos despachos arquitectónicos.

En 1988 decide dejar la arquitectura y se traslada a la Cd de México donde ingresa a la Maestría en Artes Visuales en la Academia de San Carlos de la UNAM. Ahí trabaja en varios talleres entre los que destacan el de pintura de Javier Anzúres y en especial el de dibujo de Francisco Bravo, el cual influye en su vocación por esta disciplina. En 1992 ingresa al taller de producción de pintura que dirige el maestro Ignacio Salazar en la ENAP donde permanece dos años y medio y el cual es determinante en su desarrollo artístico al permitirle trabajar de tiempo completo en el desarrollo de su obra.

Es en esta etapa cuando empieza a dirigir un taller de dibujo de la figura humana en la ENAP y descubre su gusto por la docencia. Desde entonces ha impartido cursos en distintas instituciones como la Universidad de Monterrey, Marco, la Universidad Autónoma de Coahuila y el Instituto Potosino de Bellas Artes, entre otros.

Hasta la fecha ha presentado 15 exposiciones individuales, algunas de las más recientes en el Instituto Cultural de México en Miami, en la Pinacoteca de Nuevo León y en la Galería Eduardo Lira también en Miami, Florida. Ha participado en múltiples exposiciones colectivas entre las que destacan la V y la VII Bienal Diego Rivera; las ediciones II, III,V,VI y VIII de la Bienal Monterrey Femsa; las ediciones VII, X y XI de la Bienal Tamayo, así como la IV Trienal de Arte Majdanek en Polonia y la exposición Registro 02 en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey y en el American University Museum en Washington D.C.

Ha sido becario del Programa de Apoyo a Jóvenes Creadores del Fonca en dos ocasiones (1994 y 1997), artista en residencia en el Xu Yuan Centre de Beijing, China (2014) y miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte (2015-2017). Ha recibido diversas distinciones entre las que destacan el 1er premio en el Salón de Noviembre de Arte A.C. (2001 y 2006), 2° lugar en el Premio Bernardo Elosua, Arte A.C. (2005) y menciones honoríficas en la III Bienal Monterrey Femsa (1997), la Bienal Diego Rivera (1996) y el Concurso Johnny Walker (1997) en el Museo de Arte Moderno.

Desde 1999 reside en Santiago, N.L.


Lápiz y tinta sobre papel
50 x 30 cm
2020

Solamente una vez - Agustín Lara

   

Agustín Lara compone Solamente una vez para recordarnos eso, y el dibujo de Ramiro Martínez Plasencia, dedica su virtuosismo a interpretar esa nostalgia.  “A mí me cuesta mucho de pronto trabajar con ciertos temas específicos. Soy muy dado a la improvisación y en el momento de escuchar la canción, dije: esto no puede hablar de otra cosa más que de nostalgia, y por ahí se fue la creación de la pieza”.

Hay nostalgia, y hay un reproche poético, que reclama, no tengo fuerza para volver a querer como esa vez que entregué el alma. “Es una mujer que está viendo hacia el horizonte. Me encantó esa indefinición, que no sabes qué está pasando por su cabeza. Es una historia ambigua y a mí me gusta mucho esa ambigüedad. Esta imagen es un fondo para el protagonista, que es un perrito que aparece en primer plano, porque los perros siempre se han utilizado en la pintura como símbolo de la fidelidad. La razón es que verdaderamente los perros tienen un dueño. Tienen un amor, solamente una vez tienen esa relación intensa con una persona y quise hablar precisamente de eso”. Solamente una vez en la vida se puede entregar alguien con desinterés, sin esperar nada, es la pureza de ese amor inocente que ofrecen los animales, “Una vez nada más se entrega el alma, con la dulce y total renunciación”.

El arte solamente una vez da la oportunidad para hacerlo, es una decisión de vida. “Quienes terminamos dedicándonos al arte tuvimos que tomar una decisión, en algún momento, muy difícil. Hay mucha gente que no la toma, para mí implicó renunciar a mi carrera de arquitectura, ya me había graduado y estaba trabajando. Fue muy difícil dejar eso y lanzarme a ver qué pasa”.

La experiencia de Agustín Lara fue una decisión trascendental, su familia pensaba que iba a seguir la carrera militar, como su padre, y él también decidió que solamente una vez iba a poder hacer música, iba a ser artista. Se fue de su casa, renunció a todo y comenzó a tocar el piano en prostíbulos, cabarets, cantinas. Hasta que ese trayecto nocturno lo llevó a la radio, a la XEW. Agustín Lara y Ramiro Martínez Plasencia tomaron el arte con esa determinación, y hoy tenemos sus obras, sus creaciones.

En el arte “Se entrega el alma”, y dice Ramiro: “Involucra muchos sentimientos, no soy compositor, pero cuando uno está creando una obra, hay múltiples emociones y pensamientos en ese momento. No tienes el control, lo que plasmas en el papel o en una tela va mucho más allá de lo que pudieras pensar”. El arte va más allá de los artistas, las canciones, los dibujos, las pinturas, llegan más lejos, la resolución es determinante, una vez iniciada la vida en la creación, no hay después, solo existe ese momento, es solamente una vez.

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