Saúl Kaminer

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Saúl  Kaminer

Estudió arquitectura en la UNAM y decidió seguir su vocación de pintor y escultor. Divide su vida entre la Ciudad de México y Francia donde también expone y trabaja. Está creando máscaras-esculturas y analizando el ritual de la ocultación que revela a la persona. En sus obras recientes hay un equilibrio entre dar forma a lo que no tiene forma y el vacío.

Quote En la sombra el ser expresa su verdad

Nace en la ciudad de México el 8 de julio de 1952. Entre 1970-75 estudia en la Escuela Nacional de Arquitectura de la UNAM. Obtiene su titulo de Arquitecto con una tesis sobre la fundación de las ciudades prehispánicas Teotihuacan, Tula y Tenochtitlán. En 1976 se instala en Paris, donde permanece durante veintidós años guardando un fuerte contacto con México. Realiza estudios de maestría en el Instituto de Urbanismo de Paris. Actualmente comparte su tiempo entre Francia y México. En Paris, en 1982 es miembro fundador del grupo MAGIA-IMAGEN integrado por ocho artistas latinoamericanos, el cual fue disuelto en 1992, este grupo tuvo una intensa relación con el pintor Roberto Matta.
Durante su trayectoria artística ha recibido distinciones como la mención honorífica en el Salón Nacional de Artes Plásticas, México 1982; Beca de Investigación Artística del Conseil Regional de L’Ile de France 1983; Mención especial en el Salón de Vitry, Francia, 1987; Premio Fortabat, Maison de L’Amerique Latine (tercera Edición); y el premio Pinturerías (el arte del arte taurino), Fundación Artención. Saúl Kaminer ingresa al Sistema Nacional de Creadores de Arte en 1997.

PRIMERO SUEÑO

 

(fragmento)

 


Llegó, en efecto, el Sol cerrando el giro
que esculpió de oro sobre azul zafiro:

de mil multiplicados

mil veces puntos, flujos mil dorados

--líneas, digo, de luz clara--, salían

de su circunferencia luminosa,

pautando al Cielo la cerúlea plana;
a la que antes funesta fue tirana

de su imperio, atropadas embestían:

que sin concierto huyendo presurosa

--en sus mismos horrores tropezando--

su sombra iba pisando,

y llegar al Ocaso pretendía
con el (sin orden ya) desbaratado
ejército de sombras, acosado

de la luz que el alcance le seguía.


 

 

 

Sor Juana Inés de la Cruz


Óleo sobre tela
120 cm (diámetro)

2014

   

No teme asomarse a la profundidad. Vive un proceso emocional y espiritual que se manifiesta en la evolución de su pintura.

CAMBIO DE CONSCIENCIA Y DE LENGUAJE
A partir del 2005, después de que fallecieron mis padres, eso fue en el 92 y 93, fue un largo momento, un duelo que duró lo que tenía que durar, pero a partir de ahí tuve un cambio de conciencia, una manera diferente de estar en el mundo. Incluso fui a ver en Ucrania el pueblo en donde nació mi padre. Fue para mí un parte aguas, ahí comprendí cosas que nunca me pudo contar mi padre, los vacíos que yo tenía se llenaron y empecé a poder dar hacía fuera. Empecé a pintar de adentro hacía fuera y no de afuera hacía dentro. Antes mi figuración correspondía a qué veía del mundo y entonces lo interpretaba. Después yo sentía al mundo y entonces lo expresaba. Ese es el cambio que se dio.

DAR FORMA A LO INVISIBLE
En mis obras se fue la figuración y se mantuvo la presencia, la energía. Me volví lector de la Kabbalah, y de textos místicos. Me interesan mucho la historia y la filosofía de las religiones. La poesía revela voces interiores muy profundas. Trato de darle forma a esas voces interiores, a esas ideas. Una de las maneras en las que procedo viene de los surrealistas que trabajaron la escritura automática. Empiezo a trabajar y hacer formas con los ojos cerrados. Me digo palabras que desencadenan formas. Luego, a partir de esas formas que se han dibujado ya trabajo con los ojos abiertos como si pasara de la noche a la luz.
Tratando de no pasar por lo intelectual. Tengo tendencia a intelectualizar mucho, conforme he ido avanzando en la vida me he ido acercando más al mundo de mis sentimientos. Me interesa más trabajar con lo que siento que con lo que creo o mentalizo.

EVOLUCIONAR EL ALMA DE LA PINTURA
La pintura nos permite ponernos en el mundo de una manera que en la vida no podemos hacerlo, porque en la pintura todo se puede, siempre y cuando tengas una conexión con tus sentimientos, y lo que hagas tenga un sentido verdadero. Pienso en los Tojolabales de Chiapas, que comen tortillas verdaderas, tienen una vida verdadera, hacen comida verdadera, es decir, es como hacer pintura verdadera. Es muy importante esta pintura verdadera porque tiene que ver con lo que tú sientes en el vientre. Con ser auténtico y no irte con modas.

COLOR Y MISTICISMO
El color habla de misticismo porque mis colores se han conservado, pero he introducido muchos colores que antes no utilizaba. Curiosamente mis cuadros antes estaban en un primero y segundo plano pero la superficie del plano decía “aquí estoy”. Ahora empiezo a ver que en los cuadros hay una profundidad que se va muy al fondo y hay algo que viene hacía uno. Es un ir y venir entre lo que está más allá de uno y lo que está aquí en uno. Mi pintura está buscando en las preguntas de qué cosa es el infinito, cómo se siente el infinito, cómo se puede abrir una puerta para empezar a sentir algo que empieza y nunca termina, algo que no tiene ni principio ni fin. Cada obra se está volviendo una pregunta. Antes mis cuadros querían ser respuestas y hoy son preguntas.

PRIMERO SUEÑO, PINTO, MEDITO
Lo que más me jaló dentro del poema Primero Sueño es la visión mística de Sor Juana Inés de la Cruz. Ese mundo de las sombras que revela a través de sus palabras. La luz va repercutiendo a lo largo del poema y se va convirtiendo en sombras que nos dejan ver cosas que por momentos parecen veladas. En este trascurrir dentro del sueño, Sor Juana lleva el poema de la noche a la luz. Es como una revelación, entonces la sombra es lo que revela al ser, casi podemos decir que en la sombra el ser expresa su verdad. Aquí está definido, es un cuadro nocturno que va hacia la luz y se siente cómo la luz va ganando, va agarrando espacios, pero se mantiene de todas maneras la noche y el hecho de ser circular es como si fuera un mundo, es un pedacito del Universo. Es un Mándala, es un espacio de contemplación que está entre la noche y el día y va cerrando círculos con este concepto de Ouroboros o Uróboros, que es un ciclo que representa una totalidad.

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