Los moscos
Armando Romero
Se formó como escultor en la ENPEG Esmeralda y fue maestro durante varios años. Nació en la ciudad de México en 1964. Actualmente está pintando un cuadro para el director de cine Darren Aronofsky con personajes de comic. Dice que su hiperrealismo está fuera del cuadro, no dentro de él y ese efecto hace que los niños quieran “arrancar” las pegatinas que pinta con exactitud.
Armando Romero (nacido en 1964 en la Ciudad de México, México) es un pintor mexicano que estudió en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado "La Esmeralda", en la Ciudad de México. De 1991 a 1997, Romero enseñó escultura, pintura e historia del arte en La Esmeralda. Además, de 1991 a 1993, Romero enseñó historia del arte, diseño y dibujo en el Centro Universitario de Estudios en Ciencias y Comunicaciones de la Ciudad de México, y también en 2002 enseñó pintura en la Escuela de Artes Visuales de Michoacán, México.
En 1998, Romero representó a México en la exhibición de Artistas Emergentes de América Latina en la galería Passage de Retz en París, Francia, y en 2001 dio una conferencia sobre escultura y participó en el Programa Internacional de Estudios de la Fundación Nacional para el Avance en las Artes en el Estados Unidos.
Romero, un pintor neoecléctico, combina sus versiones de pinturas históricas de artistas como Caravaggio, Rembrandt, Goya y Bosch con imágenes contemporáneas irreverentes, que permiten la emoción y la libertad. Armando Romero, también escultor, ha puesto al frente del arte mexicano.
LOS MOSCOS (fragmento)
¿Qué es el mosco en verdad? Es lo invisible,
Lo formidable, lo brutal, lo innúmero;
¡El león tiene la garra, araña horrible!;
¡Pero el mosco le vence, tiene el número!
En la atmósfera azul se multiplica;
Es un átomo de aire que nos pica;
No sabemos si es rojo, negro o verde,
Es una idea de Veuillot que muerde
Le matamos y a poco resucita,
Se oculta, porque el mosco es un jesuita,
Pero luego zumbando se revela:
Es un microbio prófugo que vuela.
¡Obsesión! ¡Ananké! Lo interminable
¡Zumbando eternamente en lo insondable!
¡Ser bebido! ¡Oh terror! ser como fuente
En que el mosco voraz su sed abreva
Y sentir que la sangre se nos lleva
¡Y que es vuestro pariente!
¿Qué congoja, qué angustia habrá más honda
Para el poeta que sentirse fonda?
No hay moscos en el cielo, el mal impera
En la proscrita humanidad sombría;
No hay moscos más allá, si los hubiera
¡Júpiter inmortal se rascaría!
Manuel Gutiérrez Nájera
Óleo sobre tela
180 x 150 x 5 cm
2014
LA TÉCNICA HISTÓRICA Y EL PRESENTE
A mí me tocó lo de la transvanguardia italiana, cuando yo estaba estudiando y el rescate del temple y de la encáustica, materiales que no eran ni el acrílico, ni la piroxilina, ni todos esos materiales que se usaban mucho en ENPEG La Esmeralda. Chapopotes, dibujar con chapopote, el barro, papel, todo eso era muy de los que estudiaban con Aceves Navarro, entonces, mi preocupación era el material, el oficio sobre todo y me metí hacia lo académico, como una experimentación. Creo en el rescate del oficio, antes que nada, y de jugar plásticamente, como lo hacían en el siglo XVII. Trabajo con el temple, después el óleo, y empiezo a quitar la tela, la lijo, la vuelvo a raspar, la vuelvo a pintar..
EL DESCONCIERTO Y LA DEPURACIÓN TÉCNICA
Yo sí creo en lo vintage, lo que pasa es que eso me ayuda a jugar con el tiempo, y jugar con las formas y con la composición. Trato de rescatar por un lado la armonía, la melodía, los ritmos de los cuadros antiguos, pero siempre el poner stickers, rayones y jugar con ellos, con otro lenguaje, me favorece. Aunque parecen stickers todo es pintado. Todo es óleo, la pintura de base con temple. Es muy chistoso pero trato de usar la técnica de la pintura clásica o académica y al ponerle stickers, al rayarlo, ponerle graffitis, estoy recordando, como Picasso, que la pintura es bidimensional, también juego con eso.
LA CULTURA POPULAR Y LA ALTA CULTURA DUERMEN JUNTAS
En mi pintura trato de utilizar los lenguajes no pictóricos como el cómic, el graffiti, la foto, el diseño gráfico y los vuelvo pintura, es parte de un juego. Creo que consiste en verlo todo como pintura, como pintor. La reacción del público al principio es un rechazo ¿Por qué lo rayó?, ¿Por qué le puso stickers? Sobre todo en México es más difícil el mercado, a mí se me ha facilitado más Europa y Estados Unidos lo mismo Australia y Hong Kong. En México la gente cree que esto es vandalizar un cuadro.
EL PINTOR Y LOS MUSEOS
El nepotismo en México es terrible, solamente entras al museo de dedazo, él que es amigo del amigo puede entrar a los museos. Lo he intentado en muchos museos y mejor expongo en Suiza, en Hong Kong, en China, en Indonesia, en Australia. En Dallas me acaban de comprar una pieza, en el museo Museo Universitario de San Diego también me compraron. Ahí sí se puede exponer pero lo difícil es entrar aquí. La pintura mexicana se aprecia en Europa y a lo mejor es más difícil entrar porque son conocedores. Estados Unidos es de consumo, pero en Europa una vez que empiezas a exponer, vendes muy bien en países como Rusia, China, Indonesia, Malasia, Australia, ellos consumen todo lo que vende Europa.
EL LUGAR DE LOS CLÁSICOS
Me acuerdo que cuando estudiaba en la Esmeralda iba a un museo como San Carlos, para tomar lo clásico. Después me ponía a ver la televisión y los mismos clásicos los veía ahí, en las caricaturas, en Ultraman. Hay como un desorden, académico pero… estético. Los dibujos del graffiti, pero no solamente el graffiti que conocemos de vandalismo, sino los dibujos con gis de los niños en los muros, todo lo que es grafitti es muy interesante, así como el cómic, son lenguajes nuevos y la pintura puede renovarse a través de ellos.
LOS MOSCOS DE MANUEL GUTIÉRREZ NÁJERA Y LA PINTURA DE ARMANDO ROMERO.
La pieza la pensé leyendo el poema, vi que era una molestia, se ve que al poeta no lo dejaba dormir un mosco. Tomé la relación de la molestia y de lo que sería cómo molestar al cuadro, porque también los cuadros lo molestan a uno, no lo dejan dormir. Esa molestia la traté de plasmar en el cuadro, que es el cómic interviniendo al cuadro académico. Ahora sí quedó perfecto el vandalismo en el cuadro. Y además la tolerancia, lo estoico, porque son de esos monjes grandes que parecen columnas, y pierde la paciencia y se compra un Raid. Entonces lo que hice fue poner, para que no fuera el bote en sí, puse otro tipo de lenguaje que es el “stencil”.