Carlos Cárdenas

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Carlos  Cárdenas

Lector obsesivo, dota a su pintura de un contenido que haga de la técnica y la búsqueda de belleza un soporte intelectual, su pintura más allá de la estética es producto de su curiosidad por el conocimiento.

Quote El pasado y el futuro están en el presente, en el espejo y obviamente en la realidad

Nace en Monterrey NL. el 15 de febrero de 1969, Maestro en Filosofía por el Instituto Fides et Ratio de Durango (2022). Licenciado en Diseño Industrial por la Universidad Autónoma de Guadalajara (1992). En 1980 realiza estudios de pintura con la maestra Concepción Badillo en la Ciudad de México. En 1997 cursos de capacitación en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM y en 1998 y 1999 en la Academia de Bellas Artes de Roma, Italia. Ha participado nacional e internacionalmente en 120 exposiciones colectivas y 10 individuales, entre las cuales destacan "Arquetipo y Mitogénesis" (2012) e "Iconostásis" (2007) así como sus participaciones en la XVI Bienal de Pintura Rufino Tamayo (2014) y en la exposición "El Milenio visto por el Arte" (2013). Internacionalmente destacan la selección Modportrait 2015, 2016 y 2018 en Valencia España, la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Arad Rumania (2005) la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Florencia, Italia donde obtiene el Tercer Premio en la Categoría de Pintura (2003) y le exposición “Arte y Anatomía” (El cuerpo humano visto por los artistas y anatomistas), Museo Laboratorio de Arte Contemporáneo, Universidad “La Sapienza”, Roma, Italia.Obtiene el segundo premio de adquisición en la IV Bienal Internacional de Pintura José Atanasio Monroy (2018) y mención honorífica en la tercera edición de la misma, el primer lugar en la categoría de Pintura en la primera Bienal de pintura y dibujo Francisco Montoya de la Cruz en Durango (2015), Mención Honorífica en la Tercera Bienal Nacional de Pintura de Gómez Palacio (2014) y el Tercer Premio en la categoría de Pintura en la Segunda Bienal Regional de Pintura y Grabado Ángel Zárraga. (2012). Ha realizado obra mural de carácter público en el Congreso del Estado de Durango (2013) y en 2014 realiza un Mural Conmemorativo del 450 aniversario de la Ciudad de Durango para el Museo de la Ciudad 450. Actualmente es catedrático de la Escuela de Pintura, Escultura y Artesanías de la Universidad Juárez del Estado de Durango y miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte (SNCA) obteniendo la distinción como Creador Artístico en la disciplina de Pintura. Ha sido becario del Programa de Estímulos a la Creación y Desarrollo de Artístico de Durango (PECDA) en 2009 y del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Durango en 2006 y 2003. Ha sido conferencista sobre diversos temas relacionados con el arte, tanto en instituciones públicas como privadas. Es miembro fundador del Colectivo Durango. Sus pinturas se caracterizan por incorporar personajes que simbolizan diferentes aspectos de la sociedad de consumo, elaborando una propuesta de severa crítica social, línea generalmente seguida en el arte latinoamericano. Pintura realista apoyada en la representación de la figura humana acompañada, regularmente, de atmósferas distópicas que parecen hacer una reflexión sobre el fenómeno narcisista alienante que produce la hiper-conectividad del mundo globalizado y el análisis del inevitable carácter cíclico de la historia, a manera de “alegorías de la decadencia”


Óleo sobre tela 

130×130 cm 

2019 

   

Describe su pintura desde la lectura de San Agustín, el misterio de la Pitonisa y la Capilla Sixtina, arte y filosofía.

TIEMPO Y ETERNIDAD

San Agustín en el capítulo 11 de las Confesiones, habla sobre el tiempo y sobre el concepto opuesto que sería la eternidad. Lo que me inspiro de San Agustín fue su idea de cómo es que el tiempo es tiempo en el ser humano, él llega a la conclusión de que es el alma la que capta el tiempo, porque es una entidad estable, para medir algo necesitas un punto de referencia, en los científicos por ejemplo, la velocidad de la luz es la constante. en el ser humano, es el alma porque está fija, entonces el movimiento es captado como una sucesión de actos, que pueden ser medibles.

PRESENTE INASIBLE

San Agustín dice que no podemos medir el pasado porque ya no es, ni el futuro porque tampoco es. Lo único que existe es el presente, pero es imposible tener un presente “presente”, porque hay subdivisiones. Todo está fluyendo del futuro al pasado, es lo increíble, pasa por el presente y se queda en el pasado, pero tú puedes recobrar el pasado, o más bien dicho, la impresión de aquello que paso por ti.

LA PITONISA  Y EL ESPEJO

Para conectar esos dos temas, San Agustín dice que tenemos la capacidad de memorizar lo que ya pasó y de traerlo al presente, entonces pregunta ¿cómo se predice el futuro? y llega a la conclusión que es posible ver o intuir lo que va a suceder cuando revisas lo que ya pasó. La mente se extiende en esas dos direcciones, y las vemos de manera simultánea. La mujer con el espejo en la pintura es un oráculo, está observando su reflejo en los dos espejos, uno frente al otro y se da cuenta, que no solamente ve su rostro sino que también ve su espalda. Es el pasado y el futuro que están en el presente, en el espejo y obviamente en la realidad.

TIEMPO Y GEOMETRÍA

El cubo es una referencia al concepto de tiempo y espacio, es la figura regular más estable, sin espacio, no hay tiempo. Las cajas que están en la parte de atrás de la mujer, que son de matriz cúbica, representan a la memoria que almacena, es de donde extraemos el pasado para ver el futuro. Es la visión simultánea de la Pitonisa o de la Sibila, cuando vi la Sibila Délfica en la Capilla Sixtina, bellísima y su rostro de asombro al darse cuenta que la revelación está llegando y su boca entre abierta, es una paráfrasis con el personaje de mi pintura, que también es joven y tiene esta expresión de sorpresa cuando se da cuenta que está viendo el futuro y el pasado en el reflejo del espejo. La diagonal última, nos lleva al dibujo que está haciendo sobre el libro, que es un círculo y es la serpiente que se está devorando a sí misma, es un símbolo arcaico del infinito o del tiempo cíclico.

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