Amor a flor de piel
Darío Salzman
Comienza su educación y formación artística profesional en la Escuela de Iniciación Artística del Instituto Nacional de Bellas Artes, formación que se complementa trabajando al mismo tiempo en talleres de rotulación, modelismo y joyería. Ha colaborado en diversas agencias de publicidad, editoriales, periódicos y revistas nacionales y extranjeras realizando ilustraciones, infografías y foto arte. Sus ilustraciones han sido exhibidas en el Museo de Historia Natural y forman parte del Museo Interactivo de Economía en la Ciudad de México.
El amor es monocromático, es blanco o es negro, y además es ciego, la obra de Salzman convoca a los extremos para unir a dos seres.
BELLEZA
La belleza está, lo que falta es expresarla, quizá existe ese miedo de compartir lo bueno y lo bello, el amor, precisamente, con nuestros seres queridos, con nuestro prójimo, con los vecinos, con los amigos, con los compañeros del tráfico, con los compañeros del camión. Creo que es una forma de miedo y también de precaución por no salir lastimado, porque vivimos en una época en donde todo mundo está muy aprehensivo.
INICIAR
Todo nace de una idea, en un pensamiento o incluso sueños que son muy viejos, que han habitado en mí durante muchos años, o puede de repente surgir y lo plasmo. Hay unos que sí dan luz, hay otros que nada más están circulando por mi cabeza, pero, una vez que llega la idea, una vez que llega este pensamiento, este sueño, empieza a evolucionar, a crear imágenes en mi cabeza, conceptos y de ahí ramifico varias opciones que puedo pintar, las boceto, y a partir de cierta selección decido hacer alguna.
DECIDIR EL COLOR
Tomando decisiones, como se llega a cada acción que tomamos en nuestra vida, son elecciones, mi pintura siempre ha sido monocromática, en rojos, en azules, en verdes, en amarillos, ahora en este caso es blanco y negro, y todo ha sido por elección. Primero fui probando algunas cosas, fui viendo cómo expresaban las ideas que quería decir, y por elección llegué a estos blancos y negros. Decido desde antes, y tengo mis razones de por qué lo hago ahora en blanco y negro. Tengo cierta fascinación por las fotos antiguas porque están reflejando algo que precisamente no existe, como algo surrealista. Una de las cosas que más me gusta hacer en esta vida es soñar cuando duermo, y mis sueños son muy poco saturados de color o casi sin color, entonces éstas son traducciones y mutaciones de lo que tengo en mi cabeza y saco a través de la pintura.
EXPRESAR
No me inclino por el arte social, yo expreso lo que tengo dentro mis sueños, mis miedos, mis pasiones como el universo, los sentimientos, la vida, la muerte porque es parte de la vida, los seres vivos y la comunión que tenemos con ellos. Ahí mi necesidad de expresión.
EMOCIONES
Todos los días, en cada pincelada están bullendo en mí las emociones y sentimientos sobre lo que estoy haciendo, y a veces esos días son más complicados, a veces son más relajados, a veces son más obsesivos, a veces son más sueltos, pero la pintura, conforme va tomando forma a través de las pinceladas que le doy, se comunica conmigo, y yo me comunico con ella.
EL AMOR EN BLANCO Y NEGRO
Esta pintura se llama A flor de piel, habla, aunque es una imagen relativamente sencilla, habla de varias cosas. Una de las cosas es el amor a la vida, por eso las flores están así en plenitud, en este momento están saliendo como una especie de vapor de la cabeza de este personaje. También tiene la connotación, como se dan cuenta, en donde deberían de existir los ojos no hay, porque retomo este dicho de El amor es ciego. La pintura trata de esta simbiosis que tenemos con los seres que amamos, esta comunicación, aquí hay dos seres vivos formando uno solo.
Acrílico y óleo sobre tela
170 x 120 x 7.2 cm
2017