Herlinda Sánchez Laurel

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Herlinda  Sánchez Laurel

Nació en Ensenada, Baja California el 24 de mayo de 1941. Fue una artista y maestra de artes plásticas en la Facultad de Artes y Diseño de la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha sido reconocida en el Salón de la Plástica Mexicana, Bellas Artes y La Unión de Mujeres Universitarias entre muchos otros premios y reconocimientos.

Quote La docencia es un acto profundamente creativo y espiritual

Espíritu rebelde, participó en la guerrilla urbana del arte en el 68, hasta que guió  a su obra a una vertiente más individual y espiritual.

LA FÁBRICA DE ARTISTAS

Es un concepto equivocado pensar que los maestros te van a hacer artista al entrar a la escuela. La verdad es que los maestros proporcionamos información, tanto de la investigación que hacemos como de nuestra propia experiencia como pintores. Los jóvenes crecen de acuerdo con su talento. De acuerdo con su sensibilidad, disciplina y entrega es que logran convertirse en pintores pero aquel que no se entrega, que no tiene disciplina, sale fallido. En una escuela como la ENAP creo que se cuentan con las manos los alumnos que realmente salen a practicar la pintura, a ser pintores y a luchar por obtener un lugar dentro del medio. Es muy difícil, requiere vencer mucha angustia. Estamos llenos de propaganda, de que si eres muy buen pintor te dan la beca, vas a salir en la tele, en los periódicos, te van a dar las residencias. Hay mucha presión cuando en realidad la educación en el arte debe de ser una disciplina de producción donde vayas resolviendo problemas para aprender a ser pintor de verdad, y si tienes un maestro que más o menos te encause a expresar tu ser interior, es cuando se empieza a ver el talento.

AMAR LA DOCENCIA

La docencia ha sido muy importante y la he amando tanto como a la pintura. Para mí, la docencia ha sido un acto profundamente creativo y espiritual. En esa medida sí la extraño. Ahora que me estoy retirando no fui capaz de despedirme de mis alumnos porque no pude: amo demasiado mi carrera como maestra. Tengo que agradecerle a la ENAP que me dio esa oportunidad de ser maestra y ser reconocida dentro de la escuela. Para mí ha sido tan importante como ser pintora. Cada alumno, cada muchacho te ofrece un mundo distinto de posibilidades y de necesidades, y hay que conducirlo hacia sí mismo, no hacia mí sino hacia él mismo, para que vaya surgiendo. Hay bastantes muchachos que lo lograron, y muchachas, porque ahorita hay muchas pintoras y en mi taller especialmente había más mujeres que hombres, porque la escuela por tradición ha sido un tanto machista.

APARENTAR EN LUGAR DE SER

Las instituciones de educación se publicitan como los grandes hacedores y los propios muchachos se adulan a sí mismos y se creen más de lo que verdaderamente son. Eso impide que haya un desarrollo natural y efectivo. Esto se crea en el ambiente escolar, en ese ambiente a veces un tanto bohemio, un tanto snob, de mucha pose. Eso determina que haya mucha falsedad en los resultados.

EL ELEMENTO AGUA EN EL MURAL DEL MILENIO

 

Primero me sentí un poquito presionada por el tema porque yo trabajo con mucha libertad; el tema va surgiendo en el proceso. No fue difícil tocar el tema, lo difícil fue interpretarlo así como que a secas y no enmarcarlo dentro de un paisaje como el mío. Finalmente, tuve que hacer un análisis de qué era el Agua, qué significaba a nivel simbólico, qué significa la pureza, por qué los católicos la utilizan para bautizar, etcétera. Me quedé con el concepto de vida, el Agua es la vida. La vemos cuando surge del mar, de los océanos. En esta pintura el Agua se eleva en sus distintos estados, en la nube, en forma de vapor, lluvia, en hielo, líquido. Pongo en el paisaje un faro que es muy fálico. Un Sol que es de Agua pero que es un óvulo. Andan espermatozoides volando en el paisaje. Es la fecundación, es el Agua, es estar dando vueltas y estar creando la vida, es la exaltación total, es sensual y erótico. En mis cuadros aparece mucho el Agua. Me siento muy familiarizada con el Agua porque nací en un puerto y sigo en la nostalgia; es pensar en mis raíces, en un puerto lindo en tiempo de otoño, con neblinas muy bellas porque aparecen y desaparecen las formas. Un mar increíble que es el Pacífico: bravo, hermoso, inmenso.

 

Hielo, oleaje, lluvia, nube, en un puerto un faro dirige su luz iluminando al elemento Agua que Herlinda Sánchez-Laurel pinta en diferentes estados. El Agua es punto de partida para experimentar con el color y crear un estado de ánimo alrededor del elemento, como algo que trasmite gozo, armonía, movimiento. En esta obra hay nostalgia, es lúdica, recrea no desde la memoria, existe desde la sensación que el Agua provoca. Los peces vuelan, el sol es tricolor, la lluvia cae sin oscurecer, el Agua se desfruta, cambia el clima de nuestras emociones. Herlinda Sánchez-Laurel nació en un puerto que trae a esta obra, recuerda su paraíso.


Acrílico y óleo sobre tela
172 x 121.5 x 7.5 cm
2015

   
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