José Ángel Robles

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José Ángel  Robles

Nació en San Luis Potosí, México en 1954. Estudio una especialidad de pintura en la Academia de San Carlos en 1979, y grabado en 1980 en el Instituto Potosino de Bellas Artes. Su obsesión por el cuidado técnico de su obra es parte de su necesidad de expresar fielmente lo que siente.

Quote Establezco el diálogo entre las manchas del cuadro y mi sensación o mi inconsciente

Fragmenta la realidad para reunirla en una armonía casi etérea, fundida en el color y la sensación.

VISIÓN INICIAL

Lo que suelo hacer es caminar solo y tener sensaciones, no tanto en la ciudad, sino en el campo, en el desierto. Recuerdo una tarde en donde el sol se metía y, de repente, se empezaban a oír muchas cigarras, fuertísimo, que hasta miedo daba, se creó un misterio porque había un silencio menos las cigarras. Tomo algunos apuntes, nunca fotos, y me vengo al taller y empiezo a manchar, no lo planeo mucho, está el espacio blanco, buscando la sensación que traía de aquel viaje. El color, el tono, si es brocha, pincel, espátula, para convocar esa mancha exactamente. Me parezco un poco a Turner, porque lo que pinto es la atmósfera: el aire, el ambiente que existe en el campo.

EQUILIBRIO

Establezco el diálogo entre las manchas del cuadro, y mi sensación o mis pensamientos o mi inconsciente. Es ir acomodando para lograr una armonía, no puedo dejar un corte, tengo que fundir la pintura, integrarla, echarle un poquito arriba de lo que hay a lado para que se fusione. Hago mucha textura, mis cuadros están hechos de muchísimas capas, de muchísimas sesiones, en donde se van transformando para que ocurra esa armonía.

INDELEBLE

En la gráfica es muy diferente, refirámonos al aguafuerte y al aguatinta, tengo una placa, que no suelen ser grandísimas como los cuadros, plasmo la mancha y la voy controlando con otros recursos técnicos, ya sea rayitas para volver a meter al aguafuerte o un chorreado de aguarrás para que se disperse el chapopote que puse como barniz inicialmente. Últimamente, desde hace unos 6, 7 años, digamos que descubrí un juego en el grabado. Mezclo las placas, pero ya sé que las voy a mezclar cuando las empiezo a hacer. Preparo todo, los formatos tienen que ser idénticos porque van a ser 3 planchas en una misma impresión, entonces hago la primera, todavía no decido si va a ser la segunda o la tercera, es la primera que hice y no sé todavía si es la negra, si es la roja, si es la amarilla o la azul del fondo. Voy jugando, voy cambiando colores, hago muchísimas pruebas para un grabado. Hasta que digo “así es, éstos son los colores y éste es el orden”.

EL AMOR DENTRO DEL PAISAJE

Es que hablar de amor es el caos, es el amor al vacío, el filial, el erótico, el amor a la vida finalmente. Recuerdo una historia en mi niñez. Mi abuelo tenía un rancho chiquito de unas cuantas hectáreas y 50 vacas y sembraba alfalfa para las vacas y tenía un pozo. En las vacaciones grandes, me iba con él a vivir al rancho, me levantaba a las 5 de la mañana a la ordeña. Veía la luz del amanecer, los campesinos, los compañeros que ordeñaban las vacas, tenían sus cachimbas que son las lamparitas de petróleo con una llamita, con eso se alumbraban porque todavía no amanecía, yo era muy chiquito, tenía 7 años y veía todo eso fascinado. Luego nos íbamos a cortar la alfalfa y a subirla a la carreta con una yegua para dársela a las vacas, así me pasaba el día. Cuando acababa todo eso me subía a un árbol de moras y me sentaba en una rama y me la pasaba comiendo moras. Esas sensaciones para mí son el amor, mi sentimiento hacia mi abuelo era amoroso. Esa vida en la infancia representa el amor para mí.


Óleo sobre tela
124.6 x 174.9 x 8 cm
2017

   
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