Artistas

La Colección Milenio Arte es una iniciativa de Fundación Milenio de México para difundir el arte que se gesta en México ante el público masivo. La colección Milenio cuenta con obra de más de 200 artistas contemporáneos de distintas generaciones y lenguajes pictóricos.

Arturo Rivera

Nace en 1945 en la ciudad de México. Estudia en la Academia de San Carlos, en The City Lil Art School de Londres, vive y trabaja en Alemania y se arroja de una ventana en Nueva York. Vive en la Colonia Condesa en la Ciudad de México y se pasea por sus calles por la tarde con un puro un la mano después de pintar seis horas. Su pintura es un estilo que impregna a artistas jóvenes, él no acepta paternidades. Carga con su talento sin remordimientos.

Muerto
Arturo

Paulina Jaimes

Nace en la ciudad de México en 1986. Pinta con una pista musical que oscila entre el sonido electrónico al retro total con Nina Simone, My favorite things de John Conltrane, o la potencia de Etta James. Vive y trabaja en un viejo edificio de la Ciudad de México rodeado de fábricas de ropa, tiendas de vestidos de novia y quince años, en la vena de la gran urbe. No se intimida con las manifestaciones sociales que obstruyen las calles, las obras de arte sin contenido ni los maestros impositivos.

Paulina

Daniel Lezama

Trabaja en México, expone en Alemania y admira a Neo Rauch. Nació en 1968 en la Ciudad de México y estudió Artes Visuales en la Academia de San Carlos de la UNAM. Entre los admiradores de su obra hay adolescentes de 14 años y coleccionistas obsesionados con sus imágenes. Presenta sus pinturas de gran formato en cantinas y se declara privilegiado con el don de la imaginación y el poder de conectarse con el inconsciente colectivo.

Daniel

Sergio Hernández

Para el artista oaxaqueño, la pintura es un diálogo consigo mismo. En ella plasma sus pensamientos, sus sueños, las imágenes que lo acompañan desde niño, cuando salió de su pueblo para volverse, simplemente, un ser del planeta Tierra.

Sergio

Benjamín Domínguez

Gran narrador de historias reales o ficticias, seduce con su conversación plagada de los misterios del desierto. Nació en Chihuahua en 1942 y llegó a la Ciudad de México para estudiar pintura en la antigua Academia de San Carlos. Rodeado de su colección de arte y antigüedades, recuerda con sentido de humor los años de estudio y hambre durmiendo en la calle o en el taller de pintura de la escuela. Experto en tatuajes japoneses y en técnicas pictóricas más antiguas.

Muerto
Benjamín

Liliana Mercenario

Nació en la Ciudad de México y se refugia en Cuernavaca desde hace 25 años. Su formación es como muralista y más tarde se decantó por el pequeño formato, especializada en óleo, dibujo y grabado. No intenta disimular su amor por la vida animal a los que llama “mis hermanos”. Su entorno es luminoso y subterráneo, reúne la dualidad del Shakespeare de Sueño de una Noche de verano y Macbeth con las contradicciones de Robert Louis Stevenson y Bram Stoker. Crea objetos que acompañan a sus pinturas en el escenario barroco de su vida.

Liliana

Beatriz Zamora

Su formación se inició en el muralismo con el maestro José Hernández Delgadillo y en L’École des Beaux Art, en París Francia. No tiene un lugar apropiado para un cuerpo de obra que ha creado incansablemente y sus cuadros están acumulados en una bodega al lado de un deshuesadero de automóviles. Este trabajo está en peligro de perderse. Una historia en la que el dolor y la incomprensión no la detienen de seguir creando.

Beatriz

Gustavo Monroy

nació en 1959 y recuerda con nostalgia su infancia feliz en la colonia Condesa de la Ciudad de México, y en la frontera Norte del país. Hoy se enfrenta con su pintura al desmoronamiento de este mundo. Estudió la técnica para pintar íconos bizantinos en Europa del Este antes de la destrucción del muro de Berlín. Se toma un café express en uno de los muchos lugares de la colonia antes de ponerse a trabajar. Aprendió a meditar en el ashram de Gurumayi buscando hacer de su mente un espejo de agua quieta.

Gustavo

Diego Narváez

Es un sensation seeker del paisaje. Viajó a la Antártica a pintar con 22 horas de luz natural y vientos de 70 kilómetros por hora porque necesitaba ver, sentir y vivir la temperatura, la atmósfera, los “azules alucinantes” y la nieve del fin del mundo.Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM, y del taller de Ignacio Salazar. Posee la sed de aventura de los naturalistas decimonónicos y es observador analítico de la camaleónica urbe, la habita y la pinta.

Diego

Carlos Cárdenas

Lector de historia y religión, observador de los cambios sociales, investiga en la antigüedad para especular con el futuro.

Carlos

Sergio Garval

Nació en Guadalajara, Jalisco en 1968. Discípulo de Luis Nishizawa y egresado de la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Guadalajara y del School of Visual Arts de Nueva York. Dibuja, hace grabado, pintura y escultura. Fue un niño tímido, el papel y el lápiz le servían para recrear mundos muy personales y expresarse a través del color y del dibujo. Es un espíritu nocturno, en contraste con su obra fatalista, tiene un gusto hedonista por la vida, disfruta trabajar escuchando música y “da pasitos” mientras pinta.

Sergio

Manuel Felguérez

Una vida dedicada a la aventura de crear, nació en Zacatecas en 1928. Lo encontramos pintando porque “esperar lo pone nervioso”. Trabajó en decenas de empleos para vivir y llegó a pintar murales gratis. Se dedica por completo a su obra porque su amada Meche le resuelve los trámites de montar una exposición, tratar con los insoportables críticos y hacer relaciones públicas. Está obsesionado con los tonos anaranjados y azules de la Crucifixión del Giotto di Bondone. Se ganó con paciencia la libertad que hoy ostenta en su obra.

Manuel

Jóse María Martínez

Nómada, recolecta a su paso paisajes, imágenes e historias para llevarlas al lienzo. Nació en 1974 en el pueblo de Jilotzingo, en el Estado de México. Sus inicios en la pintura y el dibujo fueron autodidactas y precoces. La enfermedad del cuerpo y de la sociedad le inquietan, pinta mujeres con los senos mutilados por el cáncer o golpeadas por una violencia ya tradicional en la descomposición que nos rodea. En otras ocasiones se detiene en la paz de naturalezas muertas minimalistas: una tortilla, una tuna.

Jóse María

Víctor Rodríguez

Vive y trabaja en Brooklyn, Nueva York, y nació en la Ciudad de México, en 1970. De vocación voyeurista pinta mujeres que son un arquetipo que se convierte en un pretexto pictórico. Escucha audiolibros mientras pinta y afirma que así se está reeducando. Se sumergió en En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust, y ahora escucha ensayo literario. Dice que busca crear un “lenguaje pictórico, universal, muy fácil de absorber y de entender”, que nunca se sintió cómodo haciendo cosas que requerían de una explicación sofisticada.

Víctor

Rodrigo Cifuentes

Se exilió en la ciudad de Querétaro huyendo del caos del DF. Nació en 1980 y quería ser arquitecto y su abuelo, como la esfinge, le vaticinó que sería pintor. Se reúne con un grupo de colegas, comparten secretos técnicos, experiencias y se critican para mejorar. Con aplomo, dice que pinta lo que quiere: “Tenemos la responsabilidad de ser lo que queremos. Si haces una comisión es porque aceptas, porque te interesa, ya no es necesario ese complacer a alguien más, ya es el capricho del pintor”.

Rodrigo